jueves, 15 de mayo de 2008

De censura y miedos

No comprendo mucho las cuestiones de censura, porque no me asusta lo mismo que a toda la gente. En los orígenes del capitalismo se censuraba la más mínima alusión a la sexualidad porque hacía falta lo que Marx denomina 'acumulación originaria de capital': como las conciencias puritanas estaban regidas por el ahorro se guardaba incluso la energía sexual. Todo esfuerzo debía destinarse al trabajo y el sexo nomás debía usarse para procrear. Había además disciplina y mesura, y todo esto se llevaba muy bien con el protestantismo según plantea Weber.




Con el tiempo, el capitalismo cambió porque finalmente el capital sólo se realiza cuando la gente gasta, así que el mundo empezó a regirse por una lógica diferente: la del consumo. El hedonismo (vivir para el placer), la homogeneidad (mientras más gentes piensen igual mejor orientado está el mercado) y el antiintelectualismo (¿para qué la crítica si lo importante es gastar?) empezaron a convertirse en los 'valores' ocultos del mundo 'civilizado', valores que se sumaron al cálculo y la eficiencia que caracterizan al capital.




En estas condiciones puede haber por una parte despidos masivos, hambre generalizada, asesinatos políticos, transnacionales libres de impuestos, especulación con las inversiones de los jubilados y muchos etcéteras, todo sostenido en la razón ciega del cálculo capitalista, y por otra consumo masivo hasta el derroche y una economía mundial manejada como casino pues ambas situaciones -sin ninguna censura- complementan perfectamente al sistema.



Me parece más sucio el cruel espectáculo de la inanición mundial conviviendo con el mundo light de los frívolos, o me parece más obscena la foto de un indígena hambriento y excluido colocada con saña junto a cualquier imagen del jet set, que todas las páginas XXX de la web. ¿Por qué entonces la censura?



Hace algunos años nació en Estados Unidos una ideología fabricada exprofeso para defender al capital. Dividía artificialmente el sistema capitalista en tres esferas (económica, política y cultural), regida cada una por reglas propias, y culpaba de todos los males del mundo actual a la cultura, esto es, a los valores. Según esta ideología -ampliamente difundida pues igual la profesan George Bush que Marthita de Fox o el gober piadoso- en el mundo funciona muy bien la economía y perfectamente la política. Lo que hay que cambiar es la cultura, esto es, los valores. De allí proviene todo el estupidizante discurso actual de la enseñanza en valores (honradez, tolerancia, amor, etc.) que oculta con tendenciosa ignorancia los verdaderos criterios que rigen nuestra sociedad: el cálculo, la eficiencia, la competencia, el abuso, el consumismo, el hedonismo, el antiintelectualismo, la homogeneidad.




De este tipo de discurso proviene también la censura pues pretende volver al puritanismo eclesiástico mientras culpa de todos los males del mundo a la 'falta de valores'. Ahora sí puedo hablar de las Infidencias de Ruy Alfonso Franco, censuradas por Netlog, o de su nueva página Arathos en blogger a la que sólo se puede acceder mediante una 'advertencia de contenido'. No comprendo mucho las cuestiones de censura porque en nuestro tiempo todo lo que deja dinero -por ejemplo el narcotráfico, la especulación financiera, el desempleo de muchos o el hambre de las mayorías- se ha vuelto moralmente permitido. Eso es lo que a mí me avergüenza, no la visión de un culo en internet.

2 comentarios:

Ruy Alfonso Franco dijo...

Excelente como siempre Hernando, agudo, directo y nunca mejor oportuno.

Me he permitido retomar tu artículo y re publicarlo en la página de El Congal (http://congalog.blogspot.com/), un colectivo en donde participo junto a otros buenos amigos, casi todos desterrados de Netlog.

Lo hice porque me parece trascendente el tema de la censura y porque tenemos que romper con la cerrazón de muchos, al menos informando sobre ello.

reflexiones dijo...

Desearia mucho contactar contigo. Creo que tenmos ideas parecidas. Busca mis blogs aqui mismo
manene76@gmail.com

ALEJANDRO