domingo, 11 de noviembre de 2007

Oración por Marylin Monroe

Ernesto Cardenal

Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la tierra
con el nombre de Marilyn Monroe
aunque ese no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre,
el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.



Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia
(según cuenta el Time)
ante una multitud postrada con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso...
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century Fox.
El templo -de mármol y oro- es el templo de su cuerpo
en el que está el Hijo del Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.




Señor
en este mundo contaminado de pecados y radiactividad
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
que como toda empleadita de tienda soñó ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos
-El de nuestras propias vidas-
y era un script absurdo.
Perdónale Señor y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esta Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.




Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje -insistiendo en maquillarse en cada escena-
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.

Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño
que un psiquiatra interpreta y archiva.


Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores y apagan los reflectores!
y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur,
un baile en Río, la recepción en la mansión del Duque
y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.



La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.

Fue como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan sólo la voz de un disco que le dice: Wrong number
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.

Señor
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar y no llamó
(y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de Los Angeles)
contesta Tú el teléfono!





Oración por Marilyn Monroe fue escrito en Colombia durante los últimos años de estudios sacerdotales del poeta Ernesto Cardenal. Una vez ordenado en 1965, Cardenal funda con Thomas Merton una comuna en una isla del archipiélago de Solentiname en el Lago de Nicaragua. Allí desarrolló cooperativas, creó un movimiento poético y pictórico entre los campesinos, y propagó su Evangelio revolucionario.
Ernesto Cardenal nació en Granada, Nicaragua, el 20 de enero de 1925. Se educó hasta el bachillerato en colegios jesuitas, cursó la Licenciatura en letras en la UNAM y un doctorado en literatura norteamericana en la Universidad de Columbia.
Activo miembro de la Teología de la liberación, publicó poesía política contra la dictadura de Somoza y con su comunidad de Solemantine fue miembro armado del Frente Sandinista de Liberación Nacional, condenado a prisión por la Guardia Somocista después del asalto al Cuartel de San Carlos. En 1979, al triunfo del sandinismo, fue nombrado Ministro de Cultura por el nuevo gobierno de Nicaragua.
Entre los poemarios de Ernesto Cardenal se encuentra Homenaje a los Indios Americanos, En Cuba, Viaje a Nueva York, Canto Nacional, El Evangelio de Solemantine, Cántico Cósmico, El telescopio en la noche oscura, Las ínsulas extrañas y otros.

No hay comentarios: