sábado, 8 de diciembre de 2007

Manuel M. Ponce: El Porfiriato

Todos los mexicanos hemos escuchado alguna vez canciones como Marchita el alma, A la orilla de un palmar, La Pajarera, Alevántate o Estrellita. Lo que a veces ignoramos es que estas canciones fueron creadas por un músico que, digno heredero de Franz Liszt, Claude Debussy y Andrés Segovia, se propuso modificar el status de la música popular mexicana y vestirla con las armonías que le dieron vuelta al mundo.


Manuel María Ponce nació el 8 de diciembre de 1882 en la ciudad minera de Fresnillo, Zacatecas, a donde su madre se trasladó para recibir apoyo familiar durante el parto. Sin embargo sus primeros pasos fueron en Aguascalientes, donde siempre radicó la familia Ponce Cuellar y donde murieron sus padres y hermanos.


Eran los tiempos del Porfiriato y la música campesina y de las clases bajas recibía el desprecio de los grupos poderosos que imponían los valses, mazurcas, chotís, polkas, marchas y pasodobles europeos. Quienes deseaban escuchar música tenían que asistir los domingos a los kioskos, ser aceptados en los bailes de salón de la nobleza o tocar algún instrumento. Pero toda la familia Ponce sabía música e incluso las hermanas mayores daban clases de solfeo, por lo que Manuel aprendió a tocar el piano antes de escribir y sorprendió a todos cuando a los cinco años compuso una danza, una marcha y una mazurca.



Cuando ya no tuvo nada que aprender en casa, Ponce continuó sus clases de música con el maestro Cipriano Avila y se integró al coro de la iglesia de San Diego. En la escuela contigua estudió inglés y francés y a los trece años fue nombrado organista en dicho templo donde formó un conjunto coral y compuso música sacra, varias obras que tocaba a cuatro manos con su hermano José Braulio, y diversos preludios, danzas y valses. Hacia 1900 su maestro decide que ya no tiene qué enseñarle y lo recomienda al pianista español Vicente Mañas con quien se hospedará en la ciudad de México mientras recibe clases de los italianos Pablo Bengardi y Eduardo Gabrielli.
El interés de obtener una beca a Europa conduce a Ponce a seguir el único camino conocido: inscribirse en el Conservatorio Nacional de Música. Pero la institución, regida por férreos valores conservadores, lo obliga a estudiar los primeros cursos como si fuera principiante. Al principio acepta, sigue estudiando paralelamente con Vicente Mañas y componiendo obras como su Gavota en Re bemol para piano. Sin embargo, al darse cuenta de que le faltaban nueve años para egresar como profesor, decide abandonar el Conservatorio y regresa a Aguascalientes.



Ponce sigue el poderoso ejemplo de su paisano, el famoso escultor Jesús F. Contreras, quien había superado el cáncer por el que le amputaron la mano derecha y creado con la izquierda una obra titulada Malgré Tout (A pesar de todo), que obtuvo el gran premio de escultura en la Exposición Universal de París 1900. Al llegar a Aguascalientes, el joven Manuel María imparte clases de solfeo y teoría musical en la academia de música del Estado y se convierte en organista de la iglesia de la Tercera Orden de San Francisco, pero dedica el resto de su tiempo, día y noche, a estudiar las partituras de Schuman, Chopin, Liszt y Bach. Cuando Jesús F. Contreras muere de cáncer en 1902 compone en su honor una pieza de piano, titulada precisamente Malgré Tout, para tocarse con la mano izquierda.



En sus frecuentes viajes a la ciudad de México, Ponce asiste a las reuniones que organiza Vicente Mañas y conoce a escritores como José Juan Tablada, Juan de Dios Peza y Luis G. Urbina. Estos lo conectan a su vez con Amado Nervo, Enrique González Martínez y Miguel Lerdo de Tejada con quienes emprende una estrecha amistad. En 1904, con dinero ahorrado de su trabajo –docencia, giras, clases particulares- al que suma la venta de su piano de concierto, Manuel M. Ponce emprende su anhelado viaje de estudios a Europa.



En Italia perfecciona sus conocimientos de contrapunto con Cessare Dall’Olio, hace amistad con Ottorino Respighi, conoce a Arturo Toscanini y compone nuevas obras para instrumentos de cuerdas. Nueve meses después viaja a Berlín e ingresa al Stern’sches Konservatorium donde toma clases con Martín Krauze, discípulo de Liszt, convirtiéndose en su alumno más aventajado. Después de diversas presentaciones en el conservatorio de Berlín, empieza a ser reconocido como pianista y compositor. La casa Bongiovanni de Italia y las casas Breitkopf y Hartel de Alemania publican sus obras. A pesar del crudo invierno europeo y la falta de dinero Ponce persiste hasta dominar las formas mayores de composición y regresa a México en 1907, con 24 años de edad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

increible, muy buen articulo!

Anónimo dijo...

Excelente artículo, vaya que tenemos y tuvimos talentos natos mal aprovechados historicamente.

MUNGUIA TISCAREÑO dijo...

Saludos:

Me encantó el artículo y quisiera pedirle un favor: Estoy escribiendo un libro sobre la historia de las estudiantinas mexicanas y me llamó la atnción la foo que tiene usted de la Estudiantina femenina Euterpe (la que marac como "conservatorio" ¿Sería tan amable de indicarme la fuente? realmente me encantaría seguirle la pista a essta agrupación que, tal vez, sea la primera estudiantina femenil mexicana. Le agradezco de antemano su atención.
Mi correo incombustible5@gmail.com