


Abre camino a las transnacionales para producir y comercializar en México sus variedades de grano transgénico patentadas. Quien las cultive, así sea por casualidad, tiene que pagar derechos de autor o exponerse a juicios “legales” y sanciones económicas. Peor aún: gran parte de las investigaciones actuales están enfocadas a crear semillas de maíz para producir etanol. Como la polinización no es controlable a cielo abierto estos transgénicos se cruzarán con el maíz criollo mexicano destinado a consumo humano. Y luego, quién sabe.
De esta forma los políticos neoliberales mexicanos se vendieron al poder económico mundial para arrojar definitivamente a la miseria a los grupos sociales más desfavorecidos. Así les quitan a los pueblos indios, como dice desde la UNAM Cecilia Conde, “lo último que tienen: el conocimiento y el poder sobre el maíz”.
Por lo pronto, como legalmente los empresarios no tienen obligación de informarnos qué alimentos de los que compramos todos los días contienen transgénicos, Greenpeace elaboró una “Lista roja y verde” que podemos descargar de la siguiente dirección. Se van a encontrar con muchas sorpresas.
http://www.greenpeace.org/raw/content/mexico/press/reports/copy-of-gu-a-roja-y-verde-de-a.pdf
Termino afirmando que hace falta un modelo económico y de desarrollo diferente, uno que beneficie a todos y no sólo a las transnacionales y los grandes empresarios, para volver a la autosuficiencia alimenticia y al respeto de la diversidad biológica y cultural del país. Los campesinos, los indígenas y los pobres no merecen el desprecio con que los trata el libre y racista mercado global. Los consumidores tampoco merecemos someternos a las componendas de los que dicen representarnos. El problema es de todos porque sin maíz no hay país.
De esta forma los políticos neoliberales mexicanos se vendieron al poder económico mundial para arrojar definitivamente a la miseria a los grupos sociales más desfavorecidos. Así les quitan a los pueblos indios, como dice desde la UNAM Cecilia Conde, “lo último que tienen: el conocimiento y el poder sobre el maíz”.
Por lo pronto, como legalmente los empresarios no tienen obligación de informarnos qué alimentos de los que compramos todos los días contienen transgénicos, Greenpeace elaboró una “Lista roja y verde” que podemos descargar de la siguiente dirección. Se van a encontrar con muchas sorpresas.
http://www.greenpeace.org/raw/content/mexico/press/reports/copy-of-gu-a-roja-y-verde-de-a.pdf
Termino afirmando que hace falta un modelo económico y de desarrollo diferente, uno que beneficie a todos y no sólo a las transnacionales y los grandes empresarios, para volver a la autosuficiencia alimenticia y al respeto de la diversidad biológica y cultural del país. Los campesinos, los indígenas y los pobres no merecen el desprecio con que los trata el libre y racista mercado global. Los consumidores tampoco merecemos someternos a las componendas de los que dicen representarnos. El problema es de todos porque sin maíz no hay país.
1 comentario:
¿Entonces ya no va haber esquites o no voy a saber si es transgénico?
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